Un 21 de septiembre más, conmemoramos el día mundial del Alzheimer, y por desgracia, no será el último.
Tenemos que recordar que no hace mucho tiempo vivimos un confinamiento y una pandemia mundial, cuyos efectos ya constatados, aún perduran en la actualidad: empeoramiento funcional a nivel cognitivo y físico, alteraciones conductuales y psicológicas, y aislamiento social, que han acelerado el deterioro cognitivo y evidenciado la vulnerabilidad de las personas que padecen Alzheimer y otras demencias, sus personas cuidadoras y familiares.
Y aquí un dato estremecedor: “el 40% de las personas mayores de 65 años viven en soledad”. Un colectivo, de hecho, con mayor riesgo de padecer Alzheimer, y en un territorio como el nuestro, especialmente envejecido y con unas características geográficas que dificultan el acceso a recursos esenciales para estas personas.
Miramos al horizonte, y no encontramos datos esperanzadores. Más bien, observamos el gran desafío que se nos viene a nivel sanitario, social y económico. ¡No!, no estamos preparados/as! El aumento de la esperanza de vida y el progresivo envejecimiento de la población pronostica que en el año 2050 más del 38% de la población superará los 65 años, y las cifras de personas afectadas por Alzheimer y otras Demencias podría triplicarse.
Y no es que ahora sean precisamente muy bajas. En la actualidad ya tenemos datos alarmantes. En España casi un millón de personas padecen Alzheimer u otras Demencias. En Andalucía, más concretamente, la prevalencia ha aumentado más de un 64% en los últimos 10 años.
Se hace evidente la urgencia y necesidad de que las políticas públicas aborden en el corto plazo un cambio de mentalidad y de visión a la hora de afrontar la atención y la asistencia al Alzheimer y las Demencias.
Por ello, nos unimos a las
reivindicaciones que la Confederación Española de Asociaciones de Alzheimer
(CEAFA) ha establecido en este año 2023:
1.
Incrementar la financiación y los esfuerzos destinados a la
investigación.
2. Diseñar estrategias eficaces
para la prevención de la enfermedad de Alzheimer.
3. Importancia
de la detección y diagnóstico precoz del Alzheimer
4. Necesidad
de máxima coordinación del sistema sociosanitario y de las administraciones
públicas.
5. Un
censo sanitario de enfermos/as de Alzheimer con datos reales.
6. Coordinación
entre sistema sociosanitario público y el movimiento asociativo de Alzheimer.
7. Tratamiento
y consideración del Alzheimer y las Demencias en su propia especificidad.
8. Importancia
y conocimiento de las consecuencias emocionales, físicas y psicológicas de las
personas cuidadores y familiares.
9. Apostar
por las nuevas tecnologías en la asistencia a las personas con Alzheimer,
familiares y personas cuidadoras.
10. Reforzar
la atención de la Dependencia y de la Salud.
Pero no podemos obviar, que nuestro territorio dificulta, en algunos aspectos, vivir con Alzheimer, ya que la dispersión geográfica y la lejanía de los recursos, invisibiliza en mayor medida nuestra realidad, al no estar concentrada en un núcleo de población más habitado.
El panorama actual, tampoco
es prometedor, a los preocupantes datos tenemos que sumar un progresivo y
rápido empeoramiento de la atención
social y sanitaria. Por ello, es el momento de alzar la voz con fuerza y
convicción, reivindicando que en nuestro territorio:
·
Ya es hora
de tener recursos sanitarios multidisciplinares y cercanos: Neurología en el
hospital de Baza.
·
Un mayor
acompañamiento profesional en el proceso de envejecimiento patológico de
Alzheimer, mediante equipos profesionales formados y especializados.
·
Foros de
escucha activa y participación real y efectiva, en los que las necesidades
vividas y sentidas por el colectivo de Alzheimer, sea tenida en cuenta por
los/as responsables políticos y políticas locales, así como gerencias
sociosanitarias.
Nuestra principal motivación y causa son las
personas enfermas de Alzheimer y sus familias cuidadoras, nuestras armas la
perseverancia, el amor y la apuesta firme por mantener intacta la dignidad de
las personas enfermas de Alzheimer.
Gracias por acompañarnos este duro proceso de no
OLVIDAR A LAS PERSONAS QUE OLVIDAN.
Tras la lectura del manifiesto, se realizó una actuación musical a manos de Ángel Lozano y su acordeón, y la actuación de Gracia Piedad Lozano.
Por último, se realizaron actividades interactivas y se procedió a escuchar el himno del Alzheimer, el cual dio clausura al acto.