viernes, 30 de noviembre de 2018

TRASTORNOS ALIMENTICIOS EN LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER





Hoy 30 de noviembre se celebra el Día Internacional de la lucha contra los Trastornos Alimenticios. Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) han existido siempre, aunque los más conocidos son la anorexia y la bulimia.

En la enfermedad de Alzheimer también se lucha contra este problema, ya que la persona que la padece, los síntomas hacen que  tengan dificultades progresivas para auto alimentarse, aumentando el riesgo de desnutrición. La pérdida de peso es frecuente y puede ser uno de los síntomas iniciales de la progresión de la enfermedad
En la demencia grave el/la paciente suele presentar dificultad de masticación, disfagia, anorexia, rechazo de la alimentación o depresión, que dificultan una correcta nutrición e hidratación, especialmente dentro del hábito familiar. En estados avanzados de la enfermedad los/as pacientes son totalmente dependientes para la alimentación y presentan un elevado riesgo de atragantamiento y desnutrición.

¿Qué se puede hacer cuando un familiar que tenemos en casa no quiere comer?
Debido al deterioro cognitivo, en ocasiones es posible que no abra la boca porque no comprende la orden verbal. Es aquí cuando entra la paciencia y la habilidad del cuidador. Se puede probar a mostrarle como abrir la boca haciéndolo e incitando a que imite el gesto. La técnica de la distracción es muy útil, sugerir que coma varias veces al día y poca cantidad.
El agua es muy importante para su hidratación, pero si está en una fase avanzada el atragantamiento es posible por lo tanto es aconsejable reemplazar el agua por gelatinas y en caso necesario utilizar espesantes especialmente diseñadas para este tipo de trastornos.

La alimentación por sonda no es una medida muy agresiva y las personas con demencia toleran bien el sondaje. Es más el reparo y cuestiones estéticas por parte de los familiares que lo que afecta a la mayoría de las personas con demencia.
La sonda permite una adecuada hidratación y una alimentación más segura. Tiene inconvenientes: requiere unos cuidados que debe aprender el/la cuidador/a principal y, sobre todo, que no previene el riesgo de atragantamiento ni de aspiración. También hay pacientes que la notan mucho (sobre todo en la porción que atraviesa la fosa nasal) y que la toquetean continuamente, con el riesgo de producirse heridas y de descolocarla.
Desde nuestra Asociación animamos a todos a que  cuiden su alimentación y que nuestros mayores tengan buena salud alimenticia comiendo sano como siempre lo han hecho. Que se sienten en la mesa con sus familiares y coman de lo que más les guste. Nos acercamos a unas fechas en que sentarnos alrededor de la mesa es la celebración más importante. Que nuestros mayores la compartan siempre unidos a su familia.


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