viernes, 29 de noviembre de 2019

RELACIÓN ENTRE DEMENCIA Y DISCAPACIDAD INTELECTUAL



La esperanza de vida es algo que va en aumento, es por ello que nuestra población va siendo cada vez mayor y con ello el aumento del número de personas que padecen demencia.
La demencia no discrimina a nadie y también se da en personas que tienen discapacidad. De hecho, las personas con discapacidad intelectual tienen un riesgo incrementado de padecer esta enfermedad y las personas con Síndrome de Down aún más.
Las particularidades que tiene la demencia en las personas con discapacidad intelectual no son muy diferentes de las que presenta cualquier persona. Sin embargo a la pérdida de las diferentes capacidades cognitivas, se suma la dificultad para aprender, comunicarse y comprender que tienen las personas con discapacidad intelectual.
No existen muchos estudios sobre la relación entre demencia y discapacidad intelectual, pero sí existen particularidades en la forma que la demencia se manifiesta en los discapacitados intelectuales:
  • En las personas con síndrome de Down los cambios de personalidad y conducta son a menudo el primer síntoma, antes que el deterioro de la memoria. Las convulsiones, aunque son comunes en las personas con esta condición, si aparecen en la adultez pueden ser un síntoma de demencia. Hasta tres cuartas partes de las personas con Down y demencia tienen convulsiones.

  • Entre las otras personas con discapacidad intelectual leve con una causa diferente al síndrome de Down, las manifestaciones de demencia parecen ser similares a los de la población en general, sin embargo, entre los que tienen una discapacidad intelectual más profunda, los cambios de conducta y personalidad pueden ser los primeros en ser notados. Aunque por las mismas características de la discapacidad percibir los cambios puede ser difícil.

  • Los síntomas de deterioro cognitivo pueden presentarse inicialmente en forma de un enlentecimiento general, con grave afectación de la atención y de la orientación, por ejemplo, confundir el día con la noche.

Una vez diagnosticadas, las personas con discapacidad intelectual aquejadas de demencia deben ser tratadas en función de los síntomas que manifiesten, por ejemplo, las convulsiones deben recibir tratamiento médico especializado.
Las alteraciones de conducta habituales en los discapacitados intelectuales pueden empeorar con el desarrollo de demencia. Pueden ser tratados con medicación, aunque siempre es mejor priorizar los enfoques no farmacológicos.
Las personas cuidadoras deben seguir actuando en función de la pauta habitual con estas personas dependientes: ayudar solo en lo que necesiten apoyo, lo que pueden hacer por sí solos es importante que continúen haciéndolo.
Las técnicas de estimulación cognitivas habituales deben ser adaptadas a la nueva situación.


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