viernes, 11 de enero de 2019

PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER


Cuando hablamos de la perspectiva de género en la enfermedad de Alzheimer, nos gustaría tratar dos puntos fundamentales:
-             Por un lado la diferencia que existe entre hombre y mujeres en cuanto a la afectación de la enfermedad.
-           Y por otro lado, como todos sabemos la figura femenina es en el 90% de los casos la encargada de cuidar a su familiar. Por lo que tiene que realizar   una conciliación familiar para poder llevar a cabo su trabajo, su familia, su casa, etc. Y todo esto sin contar a todas aquellas mujeres que han tenido que dejar su trabajo para poder llevar a cabo todas estas funciones de cuidado.

La sociedad durante siglos nos ha marcado  diferencias sociales a hombres y mujeres. Diferencias sociales que se han atribuido a uno u otro género, llevándonos a la construcción de un rol de hombre y un rol de mujer que no ha asumido de forma igualitaria diversas tareas, sobre todo aquellas que se han desempeñado en el ámbito privado, dícese de las tareas del cuidado a terceras personas, tareas domésticas, tareas de responsabilidades familiares etc…
Por tanto está claro que si las diferencias sociales creadas  en un sistema patriarcal, han dividido las tareas de los ámbitos públicos y privados, siendo éstas desempeñadas de forma desigual por hombres y mujeres, la enfermedad con la que nos vamos a encontrar a su vez estará afectando de forma distinta a hombres y mujeres.
Durante siglos muchas mujeres han renunciado a trabajar fuera del hogar para encargarse del cuidado de terceras personas en el hogar, porque social-mente se veía como una responsabilidad de las mujeres, algo que en el siglo XXI en el que estamos, algunas personas ven  todavía  como exclusivo de nosotras, por eso es importante trabajar la corresponsabilidad, como una medida necesaria para trabajar las desigualdades de género y así a su vez, mejoraremos la calidad de vida de las personas a corto y largo plazo.
La conciliación de la vida laboral, familiar y no olvidemos personal es complicada en la mayoría de casos, pues supone tener que compaginar en una misma vida el trabajo fuera de casa y las responsabilidades familiares, en este caso el cuidado de personas enfermas de Alzheimer, para ello es fundamental en primer lugar la CORRESPONSABILIDAD FAMILIAR, que parte de una necesaria reeducación más igualitaria y justa en el reparto y asunción de las responsabilidades familiares, donde mujeres y hombres compartan de forma equitativa estas responsabilidades que no solo sean exclusivas de las hijas, nueras, esposas,…sino también de los hijos, yernos, esposos,etc.
Según los datos del INE, la persona que cuida de los hombres mayores que necesitan ayuda son sus cónyuges (38,8%), seguidas de sus hijas (21,7%). En el caso de las mujeres mayores que necesitan ayuda, se invierte el orden y son las hijas (35,4%) las que fundamentalmente se hacen cargo de los cuidados, seguidas de otros familiares y amigos (13,3%), mientras que sus parejas varones solo se encargan de ellas en el 12,5% de los casos.

Por ello es imprescindible para que nuestra sociedad avance lograr un equilibrio, una distribución equilibrada de los tiempos entre hombres y mujeres. Y eso pasa por una educación igualitaria, donde a los hijos e hijas se les eduque de forma equitativa en las habilidades de cuidado desde la infancia, y en una necesaria revisión y reeducación en nuestra edad adulta sobre cómo distribuimos en cada una de las familias las responsabilidades en los cuidados en este caso de las personas dependientes, un “acuerdo familiar de conciliaciación con perspectiva de género”, desechando los roles tradicionales y estereotipos de género, de forma real y sincera.
Junto con esto las Administraciones públicas, Ley de igualdad andaluza y estatal de 2007 reconocen una serie de derechos a las personas trabajadoras que tienen responsabilidades familiares, y que pueden ejercer tanto las mujeres como los hombres, existiendo: derecho a adaptación de la jornada laboral  por motivos familiares, permisos retribuidos  por enfermedad grave o intervención quirúrgica familiares, reducción de jornada  para el cuidado de familiares, excedencias.
Es importante conocer si se es una persona trabajadora el convenio colectivo de la empresa o administración y si tiene un Plan de igualdad, donde se recogen las medidas de conciliación.
Importante es que los datos indican que son las mujeres las que solicitan estos permisos, reducciones jornadas, renuncias laborales,…con lo que ello supone para el currículum profesional y por supuesto para la economía y cotizaciones futuras de esa persona, produciéndose lo que se conoce como “brecha salarial de género”.
Además existen recursos públicos recogidos en el Plan de Apoyo a las Familias Andaluzas, en concreto existen servicios destinados a personas mayores y/o con discapacidad, como son: programas de estancia diurna y respiro familiar, servicios de ayuda a domicilio, ayudas para la contratación de personal al cuidado de familiares, centros residenciales, centros de día para personas mayores.
En definitiva es importante conocer los derechos y recursos y por supuesto un compromiso de las empresas y administraciones en aplicar los mismos.
Como hemos dicho anteriormente durante siglos las mujeres han sido las que han renunciado a un trabajo remunerado y reconocido socialmente, por permanecer en el ámbito privado, en el cuidado de familiares cercanos, porque socialmente se veía como una “obligación de ellas”
Eso ha llevado a muchas mujeres, a llegar a la edad de jubilación sin la realización de una cotización que les permitiera tener el reconocimiento de una pensión digna, como estaban percibiendo  sus compañeros.
En la actualidad, nos encontramos, con el caso de mujeres que renuncian a sus trabajos remunerados por “encargarse” de ese cuidado.
Actualmente la Ley de Dependencia a nivel nacional reconoció el trabajo de persona cuidadora, pero tal como están las prestaciones de dicha ley actualmente, no es un reconocimiento inmediato a la necesidad, por lo que aquellas personas que abandonan su puesto de trabajo para dedicarse al cuidado, se enfrentan a la dilatación del tiempo en ese reconocimiento, que además es una prestación básica que en muchos casos no alcanza a suplir los beneficios que anteriormente tenía la persona como trabajadora.
Son muchas las mujeres que cada vez más llegan al Centro Municipal de Información a la Mujer buscando una necesidad de descarga de responsabilidad y una respuesta a su estado emocional. 
Por todo esto se recomienda que si en su localidad hay talleres de inteligencia emocional, que asistan porque ahí se pueden descargar esas mochilas personales llenas de responsabilidades impuestas al género femenino en un proceso de socialización que requiere en la actualidad de una revisión constante, para la consecución de una sociedad igualitaria. 

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