Este cambio puede dar lugar a alteraciones de sueño, en el estado de ánimo e incluso en los hábitos alimenticios. También puede ocurrir que en los primeros días tras el cambio horario, las personas sientan más cansancio del habitual, estén irritables e incluso les cueste concentrarse.
Nuestro cerebro es el el regulador principal, a continuación os damos estos consejos para poder minimizar estos efectos:
- No variar los hábitos alimenticios.
- Descansar las horas suficientes.
- Practicar ejercicio moderado.
- No romper hábitos y rutinas adquiridas.
- Hacer actividades de relajación que fomenten un estado de ánimo sereno.
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