Está demostrado que las personas que presentan deterioro
cognitivo tienen un riesgo más alto de caerse. Las caídas se han convertido en
un problema importante de salud, que ha repercutido en una especial atención al
estudio de sus causas y al modo de prevenirlas. En
las situaciones que aumentan el riesgo de
caídas, la gran mayoría, las encontramos dentro del entorno
arquitectónico y en los elementos de uso personal de las personas mayores. Entre
los factores entorno arquitectónico nos podemos encontrar con la mayoría de
factores de riego de caídas, y entre ellos se encuentran tener mobiliario
inadecuad, plato de ducha o bañera resbaladiza y sin barras, tener las
habitaciones con una iluminación deficiente, presencia de cables por el suelo, suelos
resbaladizos e irregulares. Entre los elementos de uso personal que puede
causar caídas nos encontramos múltiples factores como caminar descalzo, realizar
esfuerzos físicos excesivos, subirse en sillas, taburetes o escaleras…
¿QUÉ PODEMOS HACER
EXACTAMENTE PARA LA PREVENCIÓN DE LAS CAÍDAS EN EL DOMICILIO?
La prevención no es fácil, y es necesaria la implicación de
todos y el análisis tanto individual de las situaciones. Dado
que muchas de las caídas que sufren aquellas personas con demencia que tienen
problemas de movilidad se producen al levantarse de la cama, se recomienda
limitar la altura de las camas y disponer de barandillas que no sean muy
alargadas, ya que tienen por objetivo ofrecer seguridad y protegerle de golpes
y caídas, y no están diseñadas para restringir los movimientos de la persona. Es muy importante evitar objetos con los que se puedan
tropezar, como son las alfombras. A la hora de la movilidad, siempre se debe
utilizar calzado apropiado y, cuando sea necesario, dispositivos de asistencia
como bastones, andadores y sillas de ruedas, las cuales están especialmente
indicadas en aquellas situaciones en las que el equilibrio o la fatiga sean un
problema.
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