viernes, 4 de junio de 2021

PLANIFICAR RUTINAS EN PERSONA CON DEMENCIA

 



A pesar de experimentar las primeras dificultades, las personas diagnosticadas de Alzheimer, al principio, pueden llevar a cabo sin ayuda la mayoría de sus actividades cotidianas.
A medida que la enfermedad vaya avanzando, la persona con Alzheimer experimentará una pérdida de autonomía y necesitará, cada vez más, la ayuda de otras personas para realizar ciertas actividades de la vida diaria. Cuando la enfermedad está muy avanzada, necesitará esta ayuda para realizar incluso aquellas cosas más simples como vestirse o comer.

Pero mientras esto no ocurra hay que fomentar unas rutinas cotidianas que faciliten la fluidez en la secuencia de realización de actividades (por ejemplo: tras desayunar lavarse, luego vestirse, salir a pasear...) e implicar a la persona con Alzheimer en aquellas tareas de la casa que aún pueda realizar por sí misma o colaborar con ellas (poner la mesa, tender la ropa...)

Es importante que las personas cuidadoras y familiares conozcan una serie de pautas que facilitarán la gestión de las actividades básicas de la vida diaria:

1. SIMPLIFICAR: las personas con demencia se desenvuelven mejor en entornos sencillos, ordenados y poco cargados, sin elementos superfluos.

2. SOLO SUPERVISAR SUS TAREAS MIENTRAS SEA INDEPENDIENTE: una persona con Alzheimer, sin presión y con paciencia suele poder hacer muchas más cosas que la que se espera. Además hay que tener en cuenta que supervisar, de forma sutil y sin intervenir, permite detectar nuevas dificultades y planificar el futuro más próximo.

3. DAR TIEMPO: hay que evitar darle prisas y planificar las rutinas contando con un amplio margen de tiempo para su realización, procurando así reducir las reacciones de impaciencia.

4. AYUDAR, PERO NO RESOLVER: para potenciar al máximo la autonomía de la persona enferma, así como su autoestima y su sentimiento de utilidad y seguridad en sí misma, es importante favorecer que la persona sea partícipe en todo lo que pueda hacer. 

5. MANTENER SUS RUTINAS: las rutinas y los horarios son un gran aliado ya que facilitan la previsión de lo que va a suceder a lo largo del día. No obstante, no hay que ser muy rígido y optar por tener cierta flexibilidad si la persona se muestra inquieta y se niega a cooperar.


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