¿CUÁLES SON LAS SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ENTRE ELLAS?
Aunque el Alzheimer y el
Parkinson son enfermedades distintas, ambas son
neurodegenerativas. Esto significa que las alteraciones que se producen en
los cerebros de las personas afectadas conllevan un deterioro y pérdida
progresiva de neuronas y una consecuente disminución de la autonomía en su vida
cotidiana. Ambas enfermedades comparten algunos trastornos como son los
problemas cognitivos del lenguaje, razonamiento o estado emocional.
La demencia es una
consecuencia inevitable en la enfermedad de Alzheimer, pero no en la de
Parkinson, ya que, no siempre aparece la demencia. Si es frecuente que quienes
padecen Parkinson presenten algunas dificultades cognitivas, como un
procesamiento más lento de la información o dificultades para recuperar cosas
de la memoria.
Además, si la enfermedad
de Parkinson desemboca en demencia, sus características son diferentes de
la demencia producida por el Alzheimer: los problemas de memoria se
caracterizan más por un problema de recuperación por uno mismo de la información,
pero, con ayudas o distintas alternativas de respuesta, su rendimiento puede
ser bueno. También es más frecuente la aparición de
síntomas neuropsiquiátricos, como la depresión, alucinaciones o
delirios.
La pérdida progresiva de
autonomía va muy relacionada en ambas enfermedades, por tanto, es muy
importante la figura del cuidador o cuidadora. Además, aunque no sea frecuente,
tampoco es excepcional que ambas enfermedades puedan presentarse conjuntamente,
particularmente, en personas mayores.
Es importante destacar
que ambas enfermedades pueden ralentizar su deterioro con un tratamiento
farmacológico, pero también con una estimulación cognitiva y motora adaptada
a la persona, buscando estimular las funciones cognitivas deterioradas y
mantener y potenciar las capacidades preservadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario