viernes, 16 de abril de 2021

EJERCICIO FÍSICO Y ALZHEIMER

 

Sabemos que el ejercicio físico tiene beneficios a nivel físico, cognitivo y emocional en todas las personas.



El cuerpo humano necesita la actividad física para mantener una serie de funciones básicas. Mover el cuerpo mientras se hace ejercicio requiere de una activación cerebral generalizada, aparte de coordinar el movimiento de los músculos implicados en el movimiento que se realice. El cerebro coordina las funciones corporales necesarias para que los músculos funcionen correctamente, aumenta el flujo sanguíneo, el consumo de glucosa, la respiración, el ritmo cardiaco, la capacidad del sistema sensorial. 





Todo esto está regulado por distintos centros nerviosos distribuidos en zonas muy dispares del cerebro. Por lo tanto, realizar ejercicio físico también puede ser una manera adecuada de prevenir la enfermedad de Alzheimer u otras demencias, ya que se ha demostrado una relación directa y positiva entre niveles bajos de realización de ejercicio físico y un mayor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer u otras demencias, así como una relación entre niveles elevados de realización de ejercicio físico y un comienzo más tardío de la presentación de una posible demencia. 





Para hacernos una idea más precisa, podemos afirmar que las personas mayores de 65 años que hacen ejercicio como mínimo tres veces por semana tienen un 30-40% menos de probabilidades de padecer la enfermedad de Alzheimer u otras demencias que la que solo practican algún tipo de actividad física con menos frecuencia.

 



Todas las personas que padecen la Enfermedad de Alzheimer, otras demencias o algún tipo de deterioro cognitivo, pueden beneficiarse de la práctica de ejercicio físico. Pero para ello se debe de basar en  ejercicios estructurados que les resulten familiares o que hayan realizado a lo largo de sus vidas. Para elegir los ejercicios más adecuados se deben tener en cuenta la movilidad y capacidad de cada persona. También encontramos que el compromiso con la práctica de ejercicio físico puede ser un problema para las personas con Enfermedad de Alzheimer u otras demencias, por lo que es importante que los ejercicios se acompañen de música para mejorar la adherencia, y que se realicen en un entorno físico y hora del día en la que las personas se encuentren con más energía y motivación.






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