Cuidar de un familiar dependiente supone una alteración en los roles y las tareas de la familia, así como la necesidad de asumir nuevas exigencias económicas y una reorganización en la vida familiar cotidiana. Por tanto, cuando a un miembro de la familia se le diagnóstica EA, la estructura y las relaciones de la familia se ven modificadas y no siempre de forma favorable. Cada miembro de la familia se implica de un modo diferente, pero el peso de los cuidados recae normalmente en la misma persona y el resto de la familia suele ser una fuente de apoyo, y de ahí es de donde vienen normalmente la mayoría de los conflictos de la soledad que siente la persona cuidadora principal y la falta de ayuda por parte del resto de la familia.
Las personas cuidadoras con mayores
recursos personales, como puede ser mayor autoeficacia o con mayor apoyo en los
cuidados, es más probable que los extensores de cuidado sean menos molestos y
muestren menos vulnerabilidad a las consecuencias negativas de cuidar. Por el
contrario, vivir en un ambiente familiar conflictivo, en el que no se cuenta
con el apoyo necesario es un potenciador de problemas. Por todo ello es muy
importante analizar la influencia de los recursos personales sobre el malestar
de las personas cuidadoras.
Es muy
importante que la persona cuidadora disponga de recursos personales para que la
tarea del cuidado de la persona con Alzheimer tenga la menor repercusión
posible. Si bien, como ya sabéis ésta es una enfermedad degenerativa y la tarea
del cuidador no es la misma en los primeros estadios de la enfermedad que en
los últimos.
Para fomentar la cooperación para aliviar algunos conflictos familiares, se aconseja:
- Hacer una lista de las funciones y responsabilidades actuales y previstas. Es poco probable que se divida el cuidado uniformemente, pero hacer esta lista ayudará a considerar los roles que se ajustan a las preferencias, recursos, habilidades y capacidad emocional de cada miembro de la familia.
- Hablar de tus sentimientos de manera abierta y constructiva durante las reuniones familiares y las conversaciones informales. Si estás enojado o estresado, dilo.
- No criticar hay que respetar las capacidades, los estilos y los valores de cada persona responsable del cuidado. En especial, brinda apoyo a los miembros de la familia responsables del cuidado práctico diario.
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